domingo, julio 19

Seguir adelante: cuando las fuerzas nos fallan, y nos sentimos solos.

Las cosas de Dav a las 16:13:00

Las fuerzas, a veces nos fallan.

Por eso las palabras de ánimo y el apoyo de aquellos que quieres, como sucede con los abrazos, nunca son demasiadas.

Yo peco de necesitar más de lo normal, y de aparentar necesitar menos de lo normal.

Estoy de "vacaciones", habiendo terminado por fin mis exámenes de junio-julio y con algo de tiempo libre. Sin embargo, el tiempo libre es poco y las "vacaciones" sólo son "vacaciones" porque no tengo horarios para ponerme a estudiar.
Y es que, pilladísimos, me salió bien mi plan: gracias a las asignaturas que me dejé en Junio he podido sacar notas bastante satisfactorias en aquellas a las que me presenté, pero ahora tengo que pasarme todo el verano estudiándome las que no hice. Y no contenta con eso, también estoy traduciendo todos los días ebooks que luego se pondrán a la venta (suerte que veré algo de los beneficios, porque el trabajito LO MERECE ¬¬), de forma que quedan 6 semanas para estudiarme un libro de 600 y pico páginas, otro de 350 y otro de 500-no-se-que que todavía no me he sacado de la biblioteca. Así que puedo decir que estoy entretenida.

En mi Piso de Estudiantes Universitarias llegó un momento en el que se acabó el buen rollito y sólo era como una casa distinta en la que estudiar.
Saturada, venía a mi pueblo para lavarme la ropa y llevarme comida, y luego me iba allí para seguir estudiando sin parar.

Al principio lo llevaba bien, no me costaba trabajo tener los informes listos para la fecha indicada y tuve fuerzas para estudiarme con empeño todos los exámenes. Cuando terminó la primera época de exámenes en febrero, me había saturado tanto que sólo quería descansar. El problema es que no podía, y el trabajo que me pedían era el doble. Así que llegó un momento en que sólo quería pasar de todo, agobiada y asqueada de que estuviera donde estuviera, en mi pueblo o en la universidad, con mis amigos o con mi novio, con mis compañeras de piso o sola, siempre tuviera que hacer lo mismo: estudiar, estudiar, y estudiar.

Por ello es que una noche que me quedé sola tiré los libros al suelo y saqué los papeles del último trabajo que había hecho y que ya estaba corregido, y comencé a escribir en todos los folios por detrás. Empecé a escribir lo que necesitaba que alguien me dijera y nadie me decía, lo que necesitaba que alguien me gritase, que alguien me hiciese que me lo creyera y tuviera fe en mi para sacar fuerzas y pensar que el ritmo de esta nueva vida tan ajetreada no iba a poder conmigo.

Lo cierto es que en esas cosas que escribí, para tratar de creérmelas todavía más, las imaginaba de boca de alguien. Algunas eran sencillas, podía imaginarme a cierta persona/s diciéndomelas con una sonrisa en los labios, pero había otras que no oía nunca y que no se me ocurría que alguien me las fuera a decir nunca. Así que me imaginaba a un doble de mí y me las decía a mí misma. Miraba a la otra Davinia en la habitación desde mi cama en la que estaba sentada, que se apoyaba en mi escritorio, cruzaba los brazos y me miraba con toda la confianza que yo necesito, y me decía lo que necesitaba oír.
Y yo, ante esa imagen irreal, me sentí mejor y me hice amiga de ella. Me hice amiga de mí misma.


... pero no era suficiente. Necesitaba oírlo más, necesitaba que alguien me lo dijera más, siempre que las viera tenía que ver a esa persona diciéndome lo que necesitaba oír porque sabía que si no, no saldría adelante y todo mi trabajo lo habría tirado a la basura.

Y, para tenerlas siempre presentes, no me conformé con que se quedaran escritas en simples folios.
Cogí unas tijeras, las recorté, y las pegué una a una en mi pared, alrededor de una planta que había cogido un día en un paseo y que pegué para que se secara en la pared. Convertí la pared de mi escritorio en mi mundo interior, en el mundo que yo necesitaba, y pegué todo aquello que me llenaba alrededor de aquellas hojas fuxias, de un tono apasionado que ni siquiera se había perdido ni al secarse. Yo era aquellas hojas, y lo que me rodeaba, era mi mundo ideal: un mundo donde sólo hay positivismo, y las fuerzas se sacan de cualquier rincón sobre el que poses tu vista.

De esta forma, mi pared quedó en esto:


Así, cuando me sentase a hacer algo, levantaría la cabeza y lo primero que vería sería el amor, lo que más me llena de todo, unas palabras que sí sé se qué boca salen, y que me hacen sonreír siempre que las oigo:



Después sólo había que seguir levantando la vista y mirar a los lados.
A la izquierda, sentimientos, el ánimo surgido de alguien a quien no puedes fallar.

A la derecha, la fuerza. El ánimo surgido de la propia fe interor.


Y arriba, lo más importante: seguir adelante, el fin último de aquella metáfora de mi vida.


Tal vez parezca estúpido pensar y sentir tanto por simples palabras, tal vez parezca una paranoia creer que una flor soy yo y que mi vida se centra en esos mensajes, tal vez parezca estúpido creer que poner cuatro frases en una pared me va a ayudar algo. Tal vez.

Pero, si veía a quién me las decía, sí que me servían. Y por si acaso no podía ver a nadie, mi amiga Davinia siempre volvía y me transmitía su seguridad con la mirada, repitiéndome todo lo que hiciera falta en cualquier momento.



He pasado mucho tiempo mirando esa pared... y, gracias a eso, ahora soy un poco más fuerte.




He dejado ese piso, ahora el año que viene viviré en otro lugar donde estaré más a gusto. Si fuera necesario, tendría que volver a hacerlo. Aunque lo que me gustaría de verdad es oírlo de verdad de otras personas. No tengo que olvidar esas frases porque, por suerte, se pueden aplicar a cualquier tipo de problemas.

Como ya he dicho, yo peco de necesitar más cariño, apoyo y ánimo de lo normal, y de aparentar necesitar menos de lo normal.

viernes, julio 10

....y después, me fui a cenar.

Las cosas de Dav a las 16:25:00

¡¡¡¡TOMA TOMA TOMA TOMA TOMA TOMA TOMA!!!!

He acabado el último examen de Junio (ahora quedan las tres asignaturas que llevo para Septiembre xD). Porque soy universitaria, y tengo espíritu universitario. Y el verdadero espíritu universitario consiste en no aprobarlo todo a la primera NUNCA.....

La semana pasada me enteré de las notas de Sociología. Un examen para el que había estudiado bastante muy mucho y que había suspendido porque el nivel de ese examen era... muy alto.

En medio del mosqueo que cogí ese día, llegué a mi Piso de Estudiantes Universitarias y me encontré con mi compañera de habitación eSPe, una buena amiga blogger y compañera de abrazos gratis. Nos sentamos en las camas mientras pensábamos qué íbamos a cenar, y en esto que la señorita empezó a insultar a la mujer de la fotocopiadora de su facultad. Y Cantnoy, mientras tanto, jugaba con la cámara en la mano, buscando cuál diablos era el botón de empezar a grabar. Cuando lo encontré, la estudiante de veterinaria seguía en medio de sus insultos, hablando con la cabeza gacha y pronunciando palabras ininteligibles llenas de odio como si se tratase de la mayor de las maldiciones.



Tras estos momentos de indefensión, decidí que sería divertido que alguien viera esto alguna vez. Por esta razón, y por perderle el miedo a que mi imagen se quede grabada para siempre, empecé a hablar otra vez preguntándome si llegaríamos a ver esto alguna vez colgado en la red.
El motivo de esta pregunta es que desde hace tiempo siento deseos de experimentar la experiencia del videoblog.

...por cierto, decidimos que cenaríamos pasta. Y eso era importante, eso sí que había que grabarlo. ESPe me dijo: di "vamos a cenar pasta", pero no pude... sólo pude decir:



... Ay, pilladísimos. Con esto me hice consciente de que el contenido de estas imágenes no se quedaría oculto en la cámara, pero mi sentido de la buena imagen (que a veces la tengo a pesar de lo que habeis vsto) no me dejaría tranquila hasta que pidiera perdón por mi comportamiento tan... vamos, por esa despedida.


...imagen. Es que se acabó la batería.


PD. Sociología al final la voy a aprobar. Me he enterado de que lo mínimo que exigen es un 4 xD

sábado, julio 4

Dead Moon de Luis Royo. Otra obra de arte del los libros de ilustraciones del género oscuro.

Las cosas de Dav a las 15:00:00

¿Sabéis? Una de mis mayores aficiones son los libros de ilustraciones, ya que como buena fan del dibujo que soy, también lo soy de aquellos que dibujan mejor que yo.

Además de Victora Francés, a quien ya he dedicado una entrada en este blog, otro de mis ídolos es Luis Royo, autor de numerosas obras y cuya estética femenina es sencillamente impecable.

Hubo un tiempo, en el comienzo de la historia de Cosas Sin Sentido en el que cada día 1 de mes ponía una imagen suya a las que luego, a menudo, solía buscarles una analogía con la propia vida. Esa sección fija llamada Galería Luis Royo dejó de actualizarse debido a la llegada de los exámenes de la PAU y a que después decidí lanzarme a por otro tipo de temáticas. Además de eso, recientemente he perdido todos los documentos de mi ordenador (y mi música, mis juegos, mis descargas, mis trabajos...), por lo que tendría que volver a hacer mi colección de imágenes una a una para volver a publicarlas.
Lo cierto es que acualmente estoy enamorada de la nueva obra de Luis Royo, Dead Moon. Me gustaría comprarme sus obras anteriores entre otras cosas por el hecho de que están repletas de bocetos y dibujos en el mismo proceso de creación. Esta obra en concreto se centra en un argumento altamente definido, sobretodo en lo que se refiere a su estilo bastante inconexo a la hora de narrar historas. Además, ambos protagonistas possen una antomía perfecta que representa al 100% sus personalidades y pensamientos (y que avanza y cambia con ellos) y todos los personajaes y escenarios están tan cuidados como si fuesen los últimos a los que se enfrenta (por suerte, sabemos que no es así ;)).
Dead Moon es una obra que se sale de su habitualidad dentro del estilo propio de Luis Royo, al tiempo que resulta innovadora y de una calidad inmejorable, como corresponde a este autor. Como broche de oro, las imágenes de las páginas tendrán elementos no explicados en el texto que serán imprescindibles para comprender correctamente el desarrollo de la historia, de forma que cada detalle cobra protagonismo propio.

Cierto es que esto es cuestión de gustos, pero al margen de que a unos les guste más o menos el estilo de este hombre, ¿quién puede negar que es, ante todo, un artista?


Más detalles una muestra de las imágenes de Dead Moon en la presentación llevada a cabo para Norma Editorial:


DEAD MOON presentado por Luis Royo.

PD. ¿Habéis visto que estudio tiene? ¡¡Es el estudio de mis sueños!! *_*