A veces, no podemos evitar que el pasado vuelva a nosotros para recordarnos lo que fuimos, lo que hicimos y las historias que vivimos... y nos hace llorar de dolor, tanto si fue bueno, porque ya no volverá a repetirse ese momento único, como si fue malo, por todo lo que nos hizo sufrir.
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Recordando... lo que no quisiera recordar... y retorciéndome en mi interior de pena y decepción, quierendo olvidarlo, queriendo olvidarlo de una vez... sin entenderlo, sin entender qué fue lo que pasó, por qué todo terminó como terminó, pero sin querer saberlo ya... porque eso es algo que dejé atrás.


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Y sin embargo, cuánto dolor ocasionan los recuerdos... tan grabados en la mente, que vienen a mí involuntarios en cualquier momento inoportuno, sin llamarlos, sin saber que estaba ahí, pero aparecen, como si su única intención fuese la de pinchar... pinchar mi corazon con una aguja afilada y enorme que pueda atravesarlo totalmente.



...... y sin embargo, yo ya pasé por aquello. Y no quiero volver a rememorarlo. Porque recordar, puede ser... sufrir sin sentido...? Sí, en este caso ya sí.

Me gustaría que mis pensamientos y mi alma tuviesen un poco de sentido alguna vez.

No quiero recordar... ya no más. Quiero que se vayan y no aparezcan más... por favor. Ya nunca volveré a aquella historia, ¿por qué se ha vuelto a aparecer en mí?
¡Por nada! ¡No tiene ningún sentido!
Pero ahí, está, pinchando sin parar... y yo no la quiero dejar penetrar.
Quiero que se vaya.

Quiero que los recuerdos me dejen en paz.

Estoy luchando por encontrar el sentido de mi vida, por favor, que se vayan los recuerdos ya... no sé por qué han tenido que volver a aparecer. Pero no los quiero dejar entrar... no, no quiero.