domingo, enero 13
Pensamientos sin sentido
Hoy es un día triste.
A pesar de que he sacado una notaza en CTMA (lo cual significa que el odioso del "profesor" ya no podrá suspenderme ni aunque se ensañe conmigo), de que he visto a un amigo torturado recuperándose psicológicamente de un trago horrible, y de que personas que pensaba me tenían menos en cuenta han confiado en mí para desahogarse y pedirme consejo, a pesar de todo eso, de que me he reído y he disfrutado mucho con muchas cosas, y de que me siento muy apoyada por alguien a quien aprecio mucho, estoy triste.
A lo mejor es que soy una egoísta inmadura, que no sabe apreciar lo que tiene.
Pues sí. Puede que así sea.
El caso es que miro a mi alrededor y no veo más que falsedad por todas partes: falsedad de las personas a las que quieres, falsedad entre ellos, falsedad hacia ti, falsedad de los que quieren mantener las apariencias, falsedad de los infelices, de los ignorantes que creen que, con su comportamiento, conseguirán algo bueno para ellos... solamente falsedad.
Y lo peor es que yo me siento igual de asquerosa.
Voy por el mundo aparentando que puedo con todo, que no me afecta nada, que soy fuerte, que me dan igual las apariencias, lo que digan de mí, que me quiero a mí misma, que estoy orgullosa de lo que hago y que valgo algo como persona... pero todo es mentira.
Y qué fácil es engañar a la gente. Y cuánto puedo yo odiar las mentiras y a aquellos que mienten.
Y qué fácil es utilizar a la gente. Y cuánto puedo yo utilizar a las personas para conseguir lo que quiero.
Por suerte, esto último no lo hago, porque entonces ya no sería asquerosa, ya no me merecería estar sola, como me lo merezco; entonces, directamente, lo que merecería sería que me lapidasen. Qué horrible se puede llegar a ser y qué horrible se puede llegar a sentir alguien cuando se da cuenta de en lo que se ha convertido.
Presumo de mis valores, de mis principios, digo que ellos son los únicos que controlan mi vida, que nadie puede conmigo y que mi decisión siempre será influenciada únicamente por mí y buscando el bien común, no el propio, sólo por ver a todo el mundo a mi alrededor feliz, aunque, interiormente, yo me sienta mal... Pero todo es mentira.
Me siento como una auténtica mentira.
En realidad soy tan débil como un criatura recién nacida, que llora, que no sabe caminar, ni comunicarse, que no sabe siquiera pensar... pero tengo que mantenerme fuerte para poder apoyar a los demás, y ayudarles así a ser más fuertes ellos.
¡Qué maravilloso es ver que haces un bien a tu alrededor!
Sin embargo, si vieran que en realidad yo no sé ser lo que ellos consiguen ser cuando les apoyo, se decepcionarían, y tal vez me odiasen o simplemente se alejasen de mí, en una gran decepción.
Y yo no quiero estar sola. Tengo miedo de estar sola.
E intento hacerme fuerte y cuando veo que se preocupan por mí, me siento triste.
E intento hacerme fuerte y cuando veo que me prestan atención, que realmente se me puede llegar a querer un poco, me siento más triste aún.
Y, si se puede llegar a sentir alguien más triste, cuando veo a alguien triste y no puedo ayudarle, entonces es cuando realmente me siento triste. E impotente, y estúpida. Estúpida porque sé que si la situación fuera al revés esa persona sí sabría hacerme sentir mejor, pero yo no sé ayudar a nadie.
Sin embargo, por alguna razón, hay quien se sigue encariñando conmigo, y yo no lo entiendo. Tanto es así, que a menudo temo que sea por puro interés. Jeje, y, el 90% de las veces, así es. ¡Vaya! Pero te acabas acostumbrando...
Y entonces dejas de querer a la gente.
Pero, cuando menos te lo esperas, surge algo, surge alguien. Alguien que te hace feliz, y de repente te das cuenta de que quieres estar a su lado, y de que no te pide nada a cambio. Y te das cuenta de la situación tan violenta en la que te encuentras cuando todo está en tu contra para acercarte a él, absolutamente TODO, literalmente hablando, en el sentido más extremo de la palabra. Pero hay algo realmente fuerte que te hace seguir adelante, y comienzas una infinita y dolorosa lucha interna, en la que quieres acabar con todo, romperlo todo, quemarlo todo, y sentirte como alguien inexistente que planea por la nada para alejarse del mundo que le quiere robar esa felicidad, hasta ahora desconocida.
Y empiezas a ver que, a pesar de todo lo malo que te rodea, hay alguien que sigue ahí, incondicionalmente, esforzándose por tu bienestar, y piensas: "¿realmente alguien puede quererme tanto como para aguantarme?" y te sientes patético por no saber dárselo todo a esa persona. O a esas, pues hablamos de más de uno que han mostrado auténtica nobleza a mi lado.
Y me siento patética por no saber corresponder a quien se lo merece.
Y me siento débil porque ellos no se cansan de luchar por mí, pero yo lucho diariamente para conservar esa felicidad que siento al lado de alguien. Aunque de eso, nadie se da cuenta.
Tanto me puede llegar a importar alguien que alejo todo lo malo cuando le tengo cerca porque el simple hecho de mirarle me produce la mayor felicidad que puede existir. O, al menos, que yo he conocido.
Y me encuentro con que está muy lejos de mí y creo que me olvidará.
Y me encuentro con que siento deseos de él y no sé si siente lo mismo por mí.
Y me siento ridícula por sentir todo eso.
Y siento que, si todo es real, si realmente hay personas que me puedan querer sin pedir nada a cambio, entonces, yo no soy merecedora de esas personas.
Porque llevo 18 años de mi vida no siendo sincera con nadie.
Porque no sé agradecer lo que me dan.
Porque soy una egoísta que no sabe, aún, si algún día le llegarán a fallar. Si volverá a quedarse sola. Y no se atreve a llorar delante de nadie porque ella (yo), en teoría, es alguien especial. Pero no lo entiende porque no se siente en absoluto especial.
Y así, me doy cuenta de que siento cosas que nunca pensé haber sentido, de que podría gritar a la mismísima esencia creadora de vida y de la Tierra y de llorar cuando quisiera, de que no me importa el resto del mundo si tengo a ese alguien cerca, aunque no me mire, aunque no supiera que yo existo... y me doy cuenta de que podría estar enamorada. Y veo cómo alguien de quien no me considero digna me atrae hacia él sin yo saber qué concepto tiene de mí, si me ve real, si soportaría o soporta mi yo, si de verdad esto me puede estar pasando a mí.
Y mientras, por si acaso, yo sigo tratando de sacar fuerzas de donde sea y lucho diariamente (literalmente hablando) por abrir las puertas para que lo que pudiera ser, llegue a ser.
Y de casualidad encontré esta definición de amor en Internet y me di cuenta de cuánto me afecta. Será porque yo realmente siento algo así. Será porque no me siento capaz de asimilar que sienta algo así.
Será porque me siento como un despojo de trapo humano al que pretenden dar algún uso sin ser posible apenas el tocarlo.
"El enamoramiento es más bien una relación en la cual la otra persona no es en realidad reconocida como verdaderamente otra, sino más bien sentida e interpretada como si fuera un doble de uno mismo, quizás en la versión masculina y eventualmente dotada de rasgos que corresponden a la imagen idealizada de lo que uno quisiera ser. En el enamoramiento hay un yo me amo al verme reflejado en vos."
Mauricio Abadi.
Menos mal que esto es un blog bastante desconocido y con un poco de suerte, nadie le hará mucho caso. Sólo busco expresarme, no una respuesta a mi expresión. Pero si lo siento, por qué no decirlo. Eso no significa que quiera una respuesta o una opinión al respecto.
Y así, mi conclusión a mis pensamientos sin sentido es esta:
Si no resolvemos nuestros conflictos interiores nosotros solos, no creceremos nunca.
Y cuanto más duros y difíciles sean, cuanto más nos hagan sufrir, más orgullosos debemos sentirnos, porque más podemos aprender de ellos.
Espero aprender mucho de estos pensamientos sin sentido algún día... muy pronto.
A pesar de que he sacado una notaza en CTMA (lo cual significa que el odioso del "profesor" ya no podrá suspenderme ni aunque se ensañe conmigo), de que he visto a un amigo torturado recuperándose psicológicamente de un trago horrible, y de que personas que pensaba me tenían menos en cuenta han confiado en mí para desahogarse y pedirme consejo, a pesar de todo eso, de que me he reído y he disfrutado mucho con muchas cosas, y de que me siento muy apoyada por alguien a quien aprecio mucho, estoy triste.
A lo mejor es que soy una egoísta inmadura, que no sabe apreciar lo que tiene.
Pues sí. Puede que así sea.
El caso es que miro a mi alrededor y no veo más que falsedad por todas partes: falsedad de las personas a las que quieres, falsedad entre ellos, falsedad hacia ti, falsedad de los que quieren mantener las apariencias, falsedad de los infelices, de los ignorantes que creen que, con su comportamiento, conseguirán algo bueno para ellos... solamente falsedad.
Y lo peor es que yo me siento igual de asquerosa.
Voy por el mundo aparentando que puedo con todo, que no me afecta nada, que soy fuerte, que me dan igual las apariencias, lo que digan de mí, que me quiero a mí misma, que estoy orgullosa de lo que hago y que valgo algo como persona... pero todo es mentira.
Y qué fácil es engañar a la gente. Y cuánto puedo yo odiar las mentiras y a aquellos que mienten.
Y qué fácil es utilizar a la gente. Y cuánto puedo yo utilizar a las personas para conseguir lo que quiero.
Por suerte, esto último no lo hago, porque entonces ya no sería asquerosa, ya no me merecería estar sola, como me lo merezco; entonces, directamente, lo que merecería sería que me lapidasen. Qué horrible se puede llegar a ser y qué horrible se puede llegar a sentir alguien cuando se da cuenta de en lo que se ha convertido.
Presumo de mis valores, de mis principios, digo que ellos son los únicos que controlan mi vida, que nadie puede conmigo y que mi decisión siempre será influenciada únicamente por mí y buscando el bien común, no el propio, sólo por ver a todo el mundo a mi alrededor feliz, aunque, interiormente, yo me sienta mal... Pero todo es mentira.
Me siento como una auténtica mentira.
En realidad soy tan débil como un criatura recién nacida, que llora, que no sabe caminar, ni comunicarse, que no sabe siquiera pensar... pero tengo que mantenerme fuerte para poder apoyar a los demás, y ayudarles así a ser más fuertes ellos.
¡Qué maravilloso es ver que haces un bien a tu alrededor!
Sin embargo, si vieran que en realidad yo no sé ser lo que ellos consiguen ser cuando les apoyo, se decepcionarían, y tal vez me odiasen o simplemente se alejasen de mí, en una gran decepción.
Y yo no quiero estar sola. Tengo miedo de estar sola.
E intento hacerme fuerte y cuando veo que se preocupan por mí, me siento triste.
E intento hacerme fuerte y cuando veo que me prestan atención, que realmente se me puede llegar a querer un poco, me siento más triste aún.
Y, si se puede llegar a sentir alguien más triste, cuando veo a alguien triste y no puedo ayudarle, entonces es cuando realmente me siento triste. E impotente, y estúpida. Estúpida porque sé que si la situación fuera al revés esa persona sí sabría hacerme sentir mejor, pero yo no sé ayudar a nadie.
Sin embargo, por alguna razón, hay quien se sigue encariñando conmigo, y yo no lo entiendo. Tanto es así, que a menudo temo que sea por puro interés. Jeje, y, el 90% de las veces, así es. ¡Vaya! Pero te acabas acostumbrando...
Y entonces dejas de querer a la gente.
Pero, cuando menos te lo esperas, surge algo, surge alguien. Alguien que te hace feliz, y de repente te das cuenta de que quieres estar a su lado, y de que no te pide nada a cambio. Y te das cuenta de la situación tan violenta en la que te encuentras cuando todo está en tu contra para acercarte a él, absolutamente TODO, literalmente hablando, en el sentido más extremo de la palabra. Pero hay algo realmente fuerte que te hace seguir adelante, y comienzas una infinita y dolorosa lucha interna, en la que quieres acabar con todo, romperlo todo, quemarlo todo, y sentirte como alguien inexistente que planea por la nada para alejarse del mundo que le quiere robar esa felicidad, hasta ahora desconocida.
Y empiezas a ver que, a pesar de todo lo malo que te rodea, hay alguien que sigue ahí, incondicionalmente, esforzándose por tu bienestar, y piensas: "¿realmente alguien puede quererme tanto como para aguantarme?" y te sientes patético por no saber dárselo todo a esa persona. O a esas, pues hablamos de más de uno que han mostrado auténtica nobleza a mi lado.
Y me siento patética por no saber corresponder a quien se lo merece.
Y me siento débil porque ellos no se cansan de luchar por mí, pero yo lucho diariamente para conservar esa felicidad que siento al lado de alguien. Aunque de eso, nadie se da cuenta.
Tanto me puede llegar a importar alguien que alejo todo lo malo cuando le tengo cerca porque el simple hecho de mirarle me produce la mayor felicidad que puede existir. O, al menos, que yo he conocido.
Y me encuentro con que está muy lejos de mí y creo que me olvidará.
Y me encuentro con que siento deseos de él y no sé si siente lo mismo por mí.
Y me siento ridícula por sentir todo eso.
Y siento que, si todo es real, si realmente hay personas que me puedan querer sin pedir nada a cambio, entonces, yo no soy merecedora de esas personas.
Porque llevo 18 años de mi vida no siendo sincera con nadie.
Porque no sé agradecer lo que me dan.
Porque soy una egoísta que no sabe, aún, si algún día le llegarán a fallar. Si volverá a quedarse sola. Y no se atreve a llorar delante de nadie porque ella (yo), en teoría, es alguien especial. Pero no lo entiende porque no se siente en absoluto especial.
Y así, me doy cuenta de que siento cosas que nunca pensé haber sentido, de que podría gritar a la mismísima esencia creadora de vida y de la Tierra y de llorar cuando quisiera, de que no me importa el resto del mundo si tengo a ese alguien cerca, aunque no me mire, aunque no supiera que yo existo... y me doy cuenta de que podría estar enamorada. Y veo cómo alguien de quien no me considero digna me atrae hacia él sin yo saber qué concepto tiene de mí, si me ve real, si soportaría o soporta mi yo, si de verdad esto me puede estar pasando a mí.
Y mientras, por si acaso, yo sigo tratando de sacar fuerzas de donde sea y lucho diariamente (literalmente hablando) por abrir las puertas para que lo que pudiera ser, llegue a ser.
Y de casualidad encontré esta definición de amor en Internet y me di cuenta de cuánto me afecta. Será porque yo realmente siento algo así. Será porque no me siento capaz de asimilar que sienta algo así.
Será porque me siento como un despojo de trapo humano al que pretenden dar algún uso sin ser posible apenas el tocarlo.
"El enamoramiento es más bien una relación en la cual la otra persona no es en realidad reconocida como verdaderamente otra, sino más bien sentida e interpretada como si fuera un doble de uno mismo, quizás en la versión masculina y eventualmente dotada de rasgos que corresponden a la imagen idealizada de lo que uno quisiera ser. En el enamoramiento hay un yo me amo al verme reflejado en vos."
Mauricio Abadi.
Menos mal que esto es un blog bastante desconocido y con un poco de suerte, nadie le hará mucho caso. Sólo busco expresarme, no una respuesta a mi expresión. Pero si lo siento, por qué no decirlo. Eso no significa que quiera una respuesta o una opinión al respecto.
Y así, mi conclusión a mis pensamientos sin sentido es esta:
Si no resolvemos nuestros conflictos interiores nosotros solos, no creceremos nunca.
Y cuanto más duros y difíciles sean, cuanto más nos hagan sufrir, más orgullosos debemos sentirnos, porque más podemos aprender de ellos.
Espero aprender mucho de estos pensamientos sin sentido algún día... muy pronto.
Más en: Ente sin sentido
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