...y bueno, así seguían las cosas.

Tras ese largo período de inactividad en todos los ámbitos que fue mi año aislada del mundo a causa de mi enfermedad, perdí todos mis deseos de hacer casi todo, y de dibujar.

Sin embargo, conocí a alguien ese verano. Una chica norteamericana que llegó al pueblo a través de unos intercambios estudiantiles y yo le ofrecí mi casa para que se quedase durante una semana a adaptarse a la vida española, con la esperanza de practicar mi inglés y hacernos grandes amigas.

... Las cosas no salieron como yo esperaba. La chica era simpática, pero algo dentro de mí me dice que me tenía un asco de narices, y aunque yo intenté mantener el contacto cuando se marchó, ella no parecía igualmente interesada. Sin embargo, yo quería seguir intentándolo y le escribí durante varios meses a los que recibía, con mayor o menor ilusión por su parte, una respuesta.

Comenzó el curso nuevo y retomé mi vida estudiantil. Mis viejos compañeros ahora estaban todos un curso avanzados y yo iba con un montón de gente que no había visto nunca y que me miraban todos, para variar, bastante raro.

Cuando se acercaba febrero, más animada por ver que estaba empezando a caer bien a nuevos compañeros y nadie me criticaba (al menos a la cara) mi autoestima se elevó y decidí hacerle un dibujo a esta chica con la que me negaba a no perder el contacto. Así pues, volví a coger mis lápices de colores, mi lápiz y escogí de una tarjetita una chiquilla cantante de un anime que no conozco, ya que a la americana le gustaba cantar.
Comencé con bastante ilusión a dibujar de nuevo después de más de un año sin tocar un papel, e introduje una novedad sobre mis trazos: a la hora de repasar el lápiz con bolígrafo para colorearlo después, utilicé rotuladores finitos y bolígrafos de distintos colores, los mismos que el relleno que iba a utilizar.
El tiempo sin dibujar me había venido bien. Tras el período de descanso que me había tomado, las líneas fueron muy sencillas y los pequeños rizos del vestido se me quedaron perfectos.
Muy contenta, cuando estaba terminándolo le escribí a la chica y le dije que le estaba haciendo un dibujo y que se lo enviaría para su cumpleaños. Me contestó dándome las gracias y dándome saludos. Cuando lo terminé se lo envié calculando que llegaría el día exacto del cumpleaños de la chica.

... sin embargo, nunca recibí respuesta.

Nunca volví a saber de ella.


NOTA: como no volvería a ver el dibujo, le hice una fotocopia y es lo que ahora hay escaneado. Aunque los colores no se aprecian totalmente bien, se puede apreciar que están mejor conseguidos que en los dibujos de la etapa anterior.

Me enfadé tanto que volví a dejar de dibujar otros seis meses, hasta que el novio de una amiga me pidió que le hiciera una chica con poca ropa.

... sin ganas, en cierto modo frustrada, volví a echarle voluntad y se la hice. A esta no le hice fotocopia para quedármela. Ya no disfrutaba dibujando. Parecía que única satisfecha con lo que hacía era yo.

Después, eSPe me pidió que le hiciera un dibujo, y mi hermano me pidió que le hiciera otro. Mi hermano se eligió él mismo un vampiro y cuyo resultado, aunque con sus 10 años le encantó, a mi no me dejó nada convencida.



Tiempo después, me di cuenta de que era la primera vez que hacía un dibujo que en vez de tener los cambios de iluminación tan definidos del anime, tenía los degradados de sombras y tonalidades varias propias de los mangas. Y eso no lo había tocado aún. Eso era lo que había fallado, los degradados no habían salido bien. Cuando me percaté de ello decidí que quería aprender a colorear con degradados y el dibujo de eSPe lo comencé con ese objetivo, y con el intentar hacer un dibujo que no resultase deforme ni desproporcionado, y como se trataba de una estética muy colorida, a la que no estaba acostumbrada, comencé a echarle horas con el objetivo de familiarizame con ella, hasta que llegué a alcanzar de nuevo, como ya pasara con Yukino y Sakura en su momento, el mejor dibujo que llevaba hata la fecha. Así pues, conseguí hacer mi primer dibujo totalmente inventado, ¡y además con fondo!


...y, por primera vez, firmé.
Cantnoy ya existía desde hacía tiempo. ¿Por qué no dejar su sello en aquello que había salido de ella misma?

Con mi hada de fantasía se me subió tanto el buen humor, que quise volver a dibujar de forma constante.

...Pero, ¡oh, no! Llegaba la época de exámenes! Iba a tener que posponerlo.
Ya estaba en mi último curso de bachillerato. Mi relación con Verdix ya había dado comienzo y estaba pasando por la peor etapa de mi vida, un año en el que sufrí muchísimo y perdí a dos de las personas que más había querido nunca y mi familia se encontraba en inmersa en el clímax de una serie de problemas que todavía hoy no acaban, y lo último para lo que yo tenía fuerzas en el mundo era para estudiar. Una de esas personas fue mi abuela. El día que murió yo no pude estar con ella porque tenía una actuación de danza oriental para la que llevaba todo el año ensayando. Nadie de mi familia fue a verme porque todos estaba con ella. Si hubiera sabido que iba a ser justo entonces... yo tampoco habría ido.
Al día siguiente, pocas horas antes de la muerte yo ya sentía que venía. Dos días después de su muerte, tratando de quitármela de la cabeza en una tarde desesperada, con la lluvia tras los cristales de un cielo que anochecía volví a coger un lápiz y a hacer lo que quisiera salir de mi mano. Y cuando acabé, esta chiquilla de prominente cuello era lo que había sobre el papel.


Por cierto, este es el primer dibujo que publiqué en el blog. Al principio pensé en tirarla, pero me di cuenta de que iba a ser el recuerdo de unos días que no creo que deba olvidar por lo importantes que fueron, así pues, me la guardé y la publiqué en esta entrada.

Sin encontrar motivación por ninguna parte, me dedicaba a hacer rayajos en las clases de motivos oscuros y caóticos donde los haya, excepto un día en el que con un lápiz perdido que encontré por ahí hice a este andrógino mientras oía de fondo a mi amiga la sintaxis en unos ejercicios que yo no tenía hechos.


Pero nada. Todo seguía igual y todo era una pesadilla. Utilizaba el tiempo en escribir y tampoco me desahogaba del todo con eso. En un fin de semana que no sabía ni qué escribir ni qué garabatear ni qué intentar dibujar ni cómo diablos soltar lo que llevaba dentro... cogí lápices y dejé llevar la mano, que saliera lo que saliera. Esto fue el año pasado, y de aquellas dos horas y media dibujando en la inopia, surgió este ojo:


... Al final, y con mucha voluntad y fuerza que saqué de la confianza ciega que Verdix tenía en mi, conseguí acabar el curso recuperando todos los suspensos, hice selectividad y me dispuse a largarme a la universidad.

Ese verano quise empezar a experimentar con los chibis y llegué a hacer todas estas cosillas que publiqué no hace mucho. Además, hice unos modelos de muñecos de Verdix y de mí, cuyo resultado me encanta y a los que espero mejorar dentro de poco con el ordenador:



Jiji

También dbujé a esta medio elfa un día que ordenando mis pilots de colores:


Y cuando pasó el verano, llegó septiembre y comencé en la universidad. Aunque mi intención era volver a dibujar en Murcia, a donde me llevé mis láminas del curso de dibujo manga que hace tantísimo que no he vuelto a tocar, el agobio no me ha dejado hacerlo casi nada.
En marzo hacía un año que Verdix y yo éramos pareja, y para nuestro primer aniversario saqué tiempo de entre mis informes y trabajos, cursillos y clases para hacer a cualquier hora el dibujo que finalmente le regalé. El mejor que he hecho nunca, probablemente porque es el que he hecho con más cariño, y el que más he disfrutado.

Bueno... y porque con el paso de los años mi técnica ha mejorado, hay que admitirlo xD



El original es este:



Es Misa-misa de Death Note, y en la libreta donde debería poner Death Note recorté las letras y las volví a unir de forma que pusiese TE QUIERO. Por suerte, le gustó mucho ^^
Ahora una copia de ese dibujo está pegada en la pared de mi habitación.

De los 4 cursillos que he hecho este año, en uno de ellos destinado a aquellos que todavía no han descubierto su vocación encontré un dibujo en el cuaderno, que apenas si tenía unas líneas negras en toda la hoja.
El dibujo consistía en un muñeco [persona] que estaba pintando un cuadro con la vista de una ciudad que había al fondo. La ciudad era un mundo caótico donde los edificios estaban mezclados y enrevesados entre ellos, un mundo como el real, donde todo es, a menudo, feo, desgradable y confuso. En el cuadro, sin embargo, la ciudad era perfecta: unos edificios perfectamente construídos y rectos. Una muestra de que vemos el mundo que nos rodea de manera subjetiva, de que sólo percibimos lo que queremos percibir, y de que no queremos aceptar lo que no nos gusta.
Como el profesor tenía rotuladores, que habíamos utilizado para un ejercicio anterior, se los pedí y mientras explicaba me dediqué a colorear el dibujo entero, que ahora está junto a mi cama y es lo primero que veo todos los días cuando despierto, para recordarme que no he de ver el mundo de manera subjetiva y dejarme llevar por las emociones, sino que tengo que ser objetiva y aceptar las cosas como son, aunque no me gusten:


El nombre de esta imagen es "mundo subjetivo.jpeg"

Ahora estamos en agosto, y pensaba hacer dos dibujos más este verano. Uno es este, que todavía no lo he empezado y dadas las fechas que van ya no creo que lo haga antes de septiembre:


Este año me he pasado Final Fantasy VII y Final Fantasy VII: Crisis Core y he visto la película Final Fantasy VII: Advent Children. He disfrutado tanto con estos juegos que no quería dejarme la oportunidad de plasmarla en el papel. De paso, quiero lanzarme al 3D en papel, a ver si consigo esos colores o algo que se precie de calidad. Pero para eso, antes tengo que acabar con el que tengo entre manos, el último que pienso de hacer de Death Note, y que ya mencioné en la entrada anterior:


y cuyo avance de momento, es este. Las letras que se transparentan por la otra cara del papel son porque tengo la costumbre de hacer los dibujos en papel reciclado, en la otra cara de mis apuntes:



En cuanto lo terminé estará aquí publicado.



Ahora por fin vuelvo a disfrutar del dibujo, lástima que sea cuando ando peor de tiempo para dedicarme horas a mí. Pero aún así, espero retomar pronto mi curso de dibujo manga y seguir dibujando y mejorando cada vez más.

He descubierto el secreto: si disfrutas lo que haces, siempre serás el mejor en lo que hagas.

Por eso es más importante sentirse bien a la hora de actuar que tener los medios necesarios para hacerlo. Porque si te sientes bien, terminarás por encontrarlos de una u otra forma. La motivación, el espíritu soñador, y la voluntad para avanzar y seguir adelante es lo mejor que tenemos las personas para ser felices. ¿Por qué utilizamos tan poco esta herramienta?


Saludos, pilladísimos.

PD. Click en las imágenes para agrandarlas y sacarles muchos defectos =D
RePD. Y el dibujo del título, que todavía no lo retoco n_nU

Entrada amiga de:
Disfrutando de... el dibujo (parte I).
Disfrutando de... los chibis, ¡chibis! ¡¡CHIBIS!!